lunes, 1 de agosto de 2011

PARADOJA

Todo y nada, lo visto y lo no visto, lo más sagrado y lo prescindible, lo visible y lo invisible. Esa puede ser una definición de ser humano. Si pensamos eso nos damos cuenta que absolutamente nada tiene importancia, y al mismo tiempo ese mismo todo tiene la más absoluta y sagrada existencia. Esa paradoja nos obliga a preguntarnos sobre lo bueno y lo malo. ¿ qué es uno y qué lo otro?
Todo lo que sea consciencia es lo bueno, y lo carente de ella es lo malo. Ninguna acción es mala o buena. El amor puede ser ambas, se ha matado en nombre de amor por la religión, se ha curado enfermos en nombre de él. Cualquier otra expresión tampoco puede definirse como buena o mala, dada alguna circunstancia la violencia puede ser vista como el actuar correcto. Lo que hace entonces la diferencia es la consciencia. Estar enojado consciente de ello es correcto, estar amando sin consciencia es malo. Entonces llevar consciencia a nuestro vivir es lo justo.
Permitamos entonces que la consciencia entre a todos nuestros actos, a nuestros pensamientos, a nuestros sueños. Que esta calidad entre cada vez más en nosotros. Entonces todo lo que hagamos será bueno.
Nuestros actos tienen la capacidad de ser una bendición para nosotros y para los demás. Para llegar a ello lo que es necesario cambiar en el ser humano, es la consciencia que tiene sobre sí mismo.
Crecemos saliendo de la cabeza y entrando en el corazón.

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