domingo, 7 de marzo de 2010

tejidos

Esta señora que acà vemos con su vestido camisero Balenciaga verde manzana, zapatos de tacòn mediano y frente redondo, medias elàsticas, un broche de brillantes que quizàs sea un ave, talvez sea una màscara; es la hermana mayor de mi padre. Es alta y esbelta, camina erguida desde su espalda baja, con esos movimientos que delatan su paso por la danza. Tiene esa mirada del que sabe que en la vida no hay nada para ganar ni para perder. Con 84 años mirar aceptando todo debe ser el ùnico regalo. Flora es su nombre. Desde hace màs de 40 años da clases tres veces por semana a señoras que quieren sacar su maestria en tejidos de una o dos agujas. No sè los nombres de sus clientas mas regulares, pero digamos que eran Margarita, Roxana, Eugenia, Anita y Gladys. Roxana tiene muchos problemas con su marido, Eugenia con sus hijas, Anita y Margarita son alcohòlicas y Gladys es simplemente tonta. Flora se sienta en el sillòn principal, alisa su vestido y con una mirada sabe que hoy esas mujeres no quieren saber sobre el tejido corrugado continental. Se sonrìe y le pregunta a Roxana por su marido. Gladys se rìe nerviosamente y contagia a Anita y a Margarita. Roxana retruca la risa con una mirada. Eugenia de inmediato cuenta sobre el viaje de su hija, y las pocas veces que la ha llamado. En este punto la mente de mi tìa està atràs en el tiempo, por allà en el espacio. Es una niña de nuevo, vive con sus abuelos, usa zapatos ortopèdicos de los que se unen con metal en las rodillas. Sus pasos tienen un sonido especial, tiene ritmo decìa la cocinera de la abuela. En esta època ella conociò la magia, su polio la curò un doctor francès muerto hacìa medio siglo, este tuvo la gentileza de pasar a una sesiòn de espiritismo con mèdiums que organizaba el bisabuelo todas las noches. En esta casa Flora vio objetos volar, mesas bailar, cantantes muertos que en boca de los mèdiums volvìan a vivir. Asì esta niña aprendiò que lo sobrenatural existe y coexiste con nosotros y le diò un tinte de màs realidad a lo que ya de por sì lo era. Vuelve Flora al presente, se levanta, se lleva la mano al broche o a su corazòn, mira a las mujeres desde allà arriba y les dice, se acuerdan de la bufanda con textura de canasta?

3 comentarios:

  1. Así es! La coartada es tejer, el móvil exorcizar.
    Regalanos el placer de leerte más a menudo. Es bien!

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  2. el vampiro fronterizo!!!! jeje

    la familia es una cantera. sin duda.

    muy bueno signore!!!

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  3. me encanta, ay, debo de ir a que me cuente más de esas historias de mesas voladoras, que me encantan de una manera enfermiza, porque despues me cuesta un poco volver a dormir...

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