sábado, 26 de marzo de 2011

DIOS Y FREUD

El instante que se va,

La alegría del devenir;

Dios es esa estatua.

Muda y quieta por eones,

Dueña de la totalidad

Y ajena a sì misma.

Perfecta porque no hay nada

Fuera de ella.

Dios està atrapado

en ese castillo infinito

Que es èl mismo.

Siempre estàtico;

Porque todo ocurre dentro de sus confines.

Nacemos los humanos

Con la chispa de su simiente

Y con capacidad de reconocernos.

Somos dios caminando en la tierra.

Pero lo olvidamos en las palabras.

Cada momento que nos maravillamos ante lo bello,

Que sentimos nuestro cuerpo vivo y atento;

El Dios infinito se expande.

Porque lo mismo

hace nuestra consciencia.

La única tarea es adorarle,

Buscarlo siempre

en el momento eterno;

Recordando que el tiempo

no existe.

Asì como no existe

un metro

o un vatio.

Lo bueno y lo malo

nacen en tu mente;

para Dios es todo

un haber sin matices.

Estamos acà para que el Padre

viva a travès del Hijo.

Somos un evento freudiano.

3 comentarios:

  1. sin duda eso, un evento freudiano. muy bien dicho.

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  2. Muy buen final, aunque el desarrollo casi, pero casi, casi, casi tiende a un libro de reflexología. Te salvaste por los pelos.

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