domingo, 25 de agosto de 2013

Atardecer

La luz se escurre por la ventana, tarde sin nombre, sin gritos ni añoranzas . Nubes que piden lluvia pero su parto no comienza. Hay un grito en el aire una tensión lenta. Allá el sol se intenta acostar entre cuatro edificios y una nube preñada.
Poco a poco unos rayos de luz que son espadas de fuego lenguas encendidas van tomando los cuerpos que tocan, empieza una danza de música invisible, un mar de luz dorada se forma en el cielo, el gris de las nubes no quiere ceder la supremacía del color.
Nosotras venimos de esa tierra , dicen. Los ríos verdes que sangran sus cauces al mar, las gotas de Rocío que tiemblan en el musgo, la saliva que escupe el
Borracho, la lágrima que anida en el corazón del mundo, toda esa agua somos nosotras. Montañas sin peso embarazadas de vida.
Todo ese gris somos nosotros, la lágrima que baja por la mejilla se ilumina con una lengua de ese sol que atraviesa la ventana, el sol quema mi pupila, estalla como en flor su juego de colores, la nube antes gris es ánfora dorada que gota a gota muere para que esto viva.
Perfiles asombrosos anuncios de otros mundos, el sol, las nubes y el atardecer. Haces de luz que me tocan desde adentro, que me hacen estallar en colores que no conozco.
Es esa la alegría de la despedida? Es eso el dolor bello que sigue a la muerte?
El paso majestuoso con que el sol se despide, acaso no es lo mismo cuando cada noche caigo dormido.
Ahora un cachito de luz es lo único que esas nubes de mi tierra vivas, cansadas, llenas, pesadas dejan pasar. La música de su baile se ralentizó más, el dorado empieza a ceder, un leve tono rojo empieza a pintar. Ese rojo es la pasión que llevan en su pecho, lo leo en una nube, la más lejana la que tiene menos forma. Lograron tapar al sol usaron una forma como un hongo gigante. Hiroshima Nagasaki, con razón el
Rojo, con razón la lágrima que tiembla en mi rostro.
Como un manto bordado de luciérnagas la luz se escapa a los lados. De norte a sur el sol grita como un ahogado, su sonido es luz amor y auxilio.
Allá por detrás donde se recorta la montaña un pedazo celeste del cielo se asoma. Que no es cielo ni es azul, lástima que no sea verdad tanta belleza cantó Argensola en los mil quinientos.
Qué es la verdad entonces señor muerto? No es verdad que estas nubes intentan defender aquello que pienso es real en mí?. Mi dolor mis penas, estas lágrimas que he ido atesorando poco a poco, montón por montón. Acaso no somos eso, un muestrario de heridas que nos han dado forma, el contenido está tapado, como esas nubes esconden al sol.
Entonces ese cielo que no es cielo ni es azul encierra la verdad que siempre he buscado en mi pecho, la verdad de ese sol que se acerca al horizonte, la verdad de ese edificio que se quiere empapar de inmortalidad al tocarlo, la verdad de esa nube que arrastra los pesos de las aguas.
Este atardecer con sus silencios mágicos también sucede en mi corazón. Mañana será un nuevo día.

jueves, 15 de agosto de 2013

Neblina

La neblina pasa por el balcón
La luz del poste la tiñe sepia
Mar de óxido que esconde la calle
Criatura del aire en penitencia de suelo
A Icaro le quemó las alas llegar al cielo
A esta nube parece que tocar la tierra la manchó de sangre
Avanza lenta y confiada hacia su muerte en la otra esquina
No fue en vano su visita